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El Magic Keyboard es el componente de hardware que faltaba para lograr que el iPad Pro sea la máquina de productividad que muchos hemos soñado


No es un accesorio, es mucho más que eso. Es el inicio de un gran cambio que hará que cumplirá muchas de las promesas de la tablet de Apple.


Tengo la convicción de que una de las mayores aportaciones que ha hecho Apple en bastante tiempo es el dotar de soporte de ratón/trackpad a un buen número de modelos de iPad lanzados en los últimos años, cambiando por completo un dispositivo que antes era solo táctil y que ahora puede funcionar como un portátil.


Eso tiene un impacto muy grande para muchas personas que no tienen la posibilidad de comprar varios dispositivos y que tienen que arreglarse la vida con solo uno. El iPad que ya tenían en su casa desde hace meses o tal vez años, de golpe se convierte en un dispositivo mucho más productivo que se "transforma" según demande la necesidad.


En la punta de lanza de ese movimiento tan importante está el Mgic Keyboard de Apple, un nuevo teclado con trackpad que se acopla a un iPad Pro de última generación o los lanzados en 2018.


Las teclas usan el mecanismo de tijera  otro dispositivo más que abandona la fallida adopción del mecanismo de mariposa, con retroalimentación y el trackpad aunque no tiene el mismo tamaño de que los MacBooks es lo suficientemente grande y se puede hacer clic en cualquier parte de la superficie.


El Magic Keyboard tiene que luchar en contra de la física y en contra de nuestras preconcepciones: estamos acostumbrados a portátiles en que la mayoría del peso se encuentra en la sección horizontal, es el componente más grueso y la pantalla es lo liviano y delgado, cada vez más delgado.


Cuando se usa el iPad como un portátil, lo más pesado está en en la sección vertical. Eso causa un desbalance que debe ser compensado de alguna forma. Apple lo solucionó de dos maneras.


Los imanes que acoplan el Magic Keyboard al iPad son muy potentes.
Al Magic Keyboard no le queda otra que ser pesado.
De hecho es ligeramente más pesado que el iPad Pro. Eso echará para atrás a muchas personas porque la combinación de ambos componentes es mayor que un MacBook Air, por ejemplo.


También, al principio, echa para atrás el que no puedas "abrirlo" como cualquier MacBook, en donde solo hace falta un dedo para levantar la tapa y empezar a trabajar.
Eso no aplica en este caso porque "la tapa" es muy pesada y el Magic Keyboard no tiene una sino dos bisagras. Es necesario que sea así para crear el efecto que la tablet flota y para permitir "inclinar la punta" al ángulo deseado.


Después de semanas de uso he entendido que el Magic Keyboard, al menos esta generación, no está diseñado para ser una funda que siempre está acoplada al iPad Pro, sino como una base que se usa cuando quieres trabajar en tareas donde se necesite mucho el teclado y el trackpad.


Lo que parecía una desventaja causado por preconcepciones del uso de dispositivos previos  termina siendo lo que hace que el Magic Keyboard sea tan efectivo: puedo elegir el ángulo que yo quiera y puedo usarlo sobre mis piernas sin que se tambalee, con total estabilidad, por primera vez con este dispositivo.

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