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Que es la 5g y en que aplicaremos esta tecnología

La “G” en 5G significa “Generación”. La tecnología inalámbrica para teléfonos técnicamente comenzó con el 1G y, al comienzo de los años 90, se expandió al 2G cuando las compañías comenzaron a a habilitar que la gente enviase SMS entre dos dispositivos.
Más adelante, el mundo conocería el 3G, que dio a las personas las capacidad de realizar llamadas, enviar mensajes de texto y navegar por internet. El 4G mejoró muchas de esas posibilidades que habilitó el 3G pero a más velocidad.

Las compañías añadieron entonces el LTE (Long Term Evolution, evolución a largo plazo en español) a la tecnología 4G. El LTE se convirtió en la modalidad de 4G más consistente y más rápida, compitiendo contra otras tecnologías como WiMax. La diferencia entre WiMax y LTE es similar a las diferencias entre BluRay y HD DVD: ambas tienen prestaciones similares, pero era importante crear un estándar que todo el mundo pudiese usar. Eso es lo que consiguió el LTE, y provocó además que la tecnología 4G fuese aun más rápida.
El 5G será construido sobre los cimientos que el 4G LTE ha creado. Va a permitir enviar textos, realizar llamadas y navegar por internet como de costumbre, además de aumentar radicalmente la velocidad de transferencia. El 5G hará más sencillo que la gente descargue y suba contenido en Ultra HD y vídeo en 3D. También dejará un poco de espacio para los miles de dispositivos conectados a internet que van a empezar a popularizarse. Imagina aumentar tu conectividad utilizando en lugar de una manguera de jardín doméstico la de un camión de bomberos. La diferencia será notoria. 

La combinación de 5G e inteligencia artificial

Es la puerta de entrada al largamente cacareado Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Caminaremos por la calle de una ciudad inteligente con unas gafas o unos auriculares que nos dirán el nombre de esa persona con la que nos acabamos de encontrar y del cual preferimos acordarnos. La oportuna y valiosa información aparecerá sobreimpresionada sobre la realidad gracias a las gafas o nos será susurrada al oído. “Pasaremos a vivir en la realidad mixta” también llamada realidad aumentada, vaticina Xavier Alamán, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Autónoma de Madrid. Estaremos esperando al bus con nuestras gafas, pero podremos ver por dónde va y si se está aproximando a nuestra calle. “Predecir es muy difícil, sobre todo el futuro”, espeta con sorna Alamán, parafraseando esa cita atribuida al físico Niels Bohr, “pero yo creo que de aquí a 10 años desaparecerán los móviles”.
La prestigiosa revista tecnológica Wired se aventuraba a anticipar de manera enfática, en el número del pasado marzo, el mundo que viene. Lo bautizaba como mirrorworld, el mundo espejo. Una plataforma tecnológica que replicará cada cosa del mundo real para ofrecernos su derivada virtual. Con los dispositivos de realidad aumentada, el cirujano verá una réplica en 3D de nuestro hígado mientras lo opera y contemplaremos con las gafas cómo era en los años treinta del pasado siglo, cuando fue bombardeado, el monumento que tenemos delante de nuestras narices.
El futuro que se abre en el mundo de los wearables, las tecnologías ponibles, gafas, relojes, auriculares, es algo por lo que apuestan muchas marcas, entre ellas Samsung. El gigante tecnológico coreano presentó su estrategia 5G el pasado mes de junio en un viaje de prensa a Corea al que invitó a El País Semanal, junto a un selecto grupo de medios nacionales e internacionales. Seúl, de hecho, es una de esas ciudades en las que se está cocinando el futuro de las telecomunicaciones. Y Corea es uno de los cuatro países que lideran la carrera del 5G, por detrás de Estados Unidos y China y junto a Japón, según un estudio de la consultora Analysys Mason.
La capital coreana es una ciudad de rascacielos y atascos por la que la gente transita en coches con los cristales tintados. De día, sus habitantes huyen del bochorno y la mala calidad del aire refugiándose en centros comerciales climatizados en los que dan lustre a la tarjeta de crédito. En su libro Problemas en el paraíso, el filósofo esloveno Slavoj Zizekla describía como epítome de un capitalismo tecnológico llevado al absurdo: trabajar hasta la extenuación para consumir como si no hubiera un mañana.
El despliegue del 5G está allí muy avanzado y se nota: el móvil va rápido. Se registran velocidades de hasta 820 megabits por segundo, el triple que con una conexión estándar en Madrid, con caídas a 400 en algunas zonas, según las pruebas realizadas por varios periodistas europeos. En esta ciudad avanzada, la sexta más poderosa del mundo según la revista Forbes, recibía DJ Koh, presidente y consejero delegado de Samsung Electronics, a la prensa europea en un hotel de lujo. Allí aseguró que los dispositivos inteligentes serán pronto más importantes que los propios teléfonos.
“Las infraestructuras 5G serán el motor y la fuerza de la cuarta revolución industrial”, sostiene Koh, ejecutivo de 57 años que procede de una familia pobre y que hizo un largo camino hacia la cima formándose, durante unos años, en el Reino Unido. La combinación de 5G e inteligencia artificial, asegura, lo va a cambiar todo. “El Internet de las cosas es lo que conectará a individuos, casas, fábricas, oficinas, ciudades y naciones. Y el automóvil conectará todos estos elementos”. En su opinión, en los próximos tres o cuatro años veremos cambios de mayor impacto que en la última década.

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